Marta Castillo

Miravalles Alumni

Marta (promoción 1984) es Fomento Alumni del Colegio de Fomento Miravalles, en Pamplona. Actualmente reside en Chile. Puedes contactar con ella por correo electrónico.

¿Por qué elegiste tomar este camino profesional y personal? Cuales son exactamente tus funciones?

Trabajo en el departamento de comunicación de la Fundación Ibáñez Atkinson, soy la Gerente de Comunicaciones de esta institución familiar que se identifica con la creencia de que con la música, el fomento de la lectura y el cuidado del medio ambiente se puede mejorar la vida de las personas. Mi trabajo consiste en explicar la razón de ser de la fundación, su propósito, acercarla a la gente y lograr un cierto impacto positivo. Soy periodista, así que después de años de trabajar en medios de comunicación en Chile ahora tengo la suerte de poder hacerlo desde el lado corporativo, en la nueva era de la comunicación y con una familia empresaria que tiene verdaderos intereses filantrópicos y culturales que te enriquecen mucho como persona.

¿Cuándo decidiste y por qué irte fuera de España?

La verdad es que no fue una decisión así en frío, nunca pensé irme de España, más bien la vida me fue llevando. Cuando estaba terminando la carrera de Periodismo en Pamplona, llegó un profesor chileno a darnos clases, y no sé cómo terminé casándome y yendo a vivir a Chile. El mundo ha cambiado mucho desde entonces. Durante mucho tiempo solo vivíamos en Chile dos periodistas españolas, así que podíamos elegir para qué medio ser corresponsales. He trabajado para Expansión y para El Mundo muchos años, también en Fundación Telefónica, y en este sentido me he sentido muy privilegiada.

¿Qué diferencias sociales encuentras con España? 

En apariencia hay muchas, sobre todo porque en Chile están más marcadas las diferencias culturales y económicas. Pero al final todos somos iguales en todas partes. Eso sí, el realismo mágico es latinoamericano, aquí no siempre hay respuesta para todo. Pero eso es también lo divertido.

¿Qué tres palabras te vienen a la cabeza cuando piensas en tu colegio?

Agradecimiento a mis padres, mucho cariño por las buenas personas que trabajaban y se desgastaban allí, gente de mucha valía humana, unas amigas que son un tesoro y la fe. Eso es lo que me viene a la cabeza junto a lo bien que lo pasábamos y lo bien hecho que estaba todo, desde las comidas hasta los baños, el oratorio, todo era austero pero digno, bonito, familiar, cuidado.

¿Qué destacarías de tu paso por el colegio? 

Creo que te deja un sello, una convicción muy clara sobre lo que es realmente importante en la vida. Y un compromiso de responsabilidad por dejar algo bueno en tu paso por aquí.

En tu faceta profesional, ¿en qué crees que te preparó mejor el colegio?

Te entrega un sentido de la realidad, el criterio para distinguir donde está la verdad, que es lo correcto, lo honesto. Que lo sigas ya es cosa tuya, pero que lo sabes, lo sabes.

Humanamente, ¿has notado la huella de los valores del colegio en tu trayectoria profesional y personal?

Muchísimo, sobre todo la coherencia, el ejemplo, porque allí se vive lo que se enseña. El trabajo bien hecho, la preocupación por las personas, la amistad, el sentido de la familia. Y ese equilibrio entre la trascendencia y la de vivir y disfrutar la vida a tope. Especialmente en Miravalles, con Pamplona, una ciudad con un invierno muy exigente y un verano muy sanferminero donde había mucho roce de calle.

Muchas gracias.

«Creo que te deja un sello, una convicción muy clara sobre lo que es realmente importante en la vida»

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