Carlos Rus, alumni del Colegio de Fomento Tabladilla, es presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE) desde noviembre de 2019 y presidente de la Comisión de Sanidad y Asuntos Sociales de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales) desde octubre de 2021.
Licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra, MBA y ADS por San Telmo Business School. Carlos ha trabajado en distintos sectores, como el mercantil, recursos humanos y construcción.
Actualmente también es miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Directivos de la salud (SEDISA) y miembro del comité Ejecutivo de la Unión Europea de Hospitales Privados (UEHP) y CEOE.
Además, es profesor de Máster en varias universidades.
¿Cómo fue tu trayectoria desde que saliste de Tabladilla hasta hoy? ¿Cómo aterrizaste en el sector sanitario?
Cuando acabé en el colegio estudié Derecho en la Universidad de Navarra. Después de tener algunos empleos entre Pamplona y San Sebastián, de ahí viajé a Sevilla, donde comencé a trabajar en Mercadona -una etapa muy importante de mi vida- en el departamento de recursos humanos. A mí siempre me han gustado los trabajos con cierto componente social, y en esta empresa atendía a muchos trabajadores con distintas necesidades; además instauramos iniciativas muy positivas. Creo que el haber entrado en Mercadona con 25 años, en una empresa estructurada, organizada y que me daba facilidades para poder «comerme el mundo» es lo que me hace pensar que si no hubiese pasado por ahí, mi trayectoria profesional no hubiera sido igual.
Luego pasé por el sector de la construcción, donde trabajé en recursos humanos en una empresa con 1600-1700 empleados en plantilla, de los cuales un 60% eran mujeres -algo revolucionario en este sector-. Hicimos proyectos muy interesantes, como una cátedra con la Universidad de Sevilla para crear un máster en dirección de obra, por ejemplo. Otro proyecto fue que, como no conseguíamos gruistas, decidimos formarlos nosotros. Para ello, seleccionamos a mujeres de más de 40 años, que hubiesen pasado un proceso de maternidad y quisiesen reincorporarse al mercado laboral. Ese proyecto dio muy buen resultado.
Trabajé allí hasta que llegó la crisis y más tarde me contrataron como gerente en la federación nacional de clínicas privadas, lo que más tarde se convertiría en ASPE. Se dieron unas elecciones, a las cuales me presenté como candidato y… hasta el día de hoy.
¿Cuál es tu papel concreto en estos cargos que ostentas actualmente?
Defensa y representación de la sanidad privada, a nivel institucional.
A nivel personal, ¿qué te gustaría conseguir?
A día de hoy tenemos muchos frentes abiertos, pero vamos luchando por cada uno de ellos. Por ejemplo, pusimos en marcha una fundación para la investigación de ELA y ahora con ella hemos puesto en marcha una aceleradora de empresas para startups de ámbito tecnológico-sanitario.
Es cierto que a veces echo de menos la empresa en cuanto a acción y reacción, pues aquí también interviene el ámbito político, y por tanto hay una serie de cuestiones que no controlas.
Además de los éxitos no nos podemos vanagloriar porque duran poco, son efímeros, e iría en contra de los propios intereses del sector.
¿Qué ha sido Tabladilla en tu vida?
Para mí, el colegio es la familia y la educación que recibes. La universidad y Mercadona me dieron una forma de funcionar y una estructura; el colegio me dio a quien considero familia y la formación. Le guardo muchísimo cariño a Tabladilla.
¿Qué competencias concretas crees que aprendiste en el colegio y que ahora mismo son clave en tu día a día?
En poner pasión a lo que sea. Por ejemplo, con las matemáticas era un desastre hasta que llego la trigonometría, y para estudiarla, tres amigos y yo nos dedicábamos a comer pipas y a resolver problemas, y de pronto ¡era lo que más me gustaba!
Y también que la vida da muchas vueltas, a veces estamos más arriba, otras más abajo, mejor, peor… pero si sabes dónde volver, todo tiene arreglo.
¡Gracias, Carlos! Como sabes, al igual que Tabladilla, Fomento Alumni siempre será tu casa.
«Si sabes dónde volver, todo tiene arreglo.»